Es momento de lanzar al alire una serie de ideas respecto la vuelta al colegio o instituto, para conocer el por qué de una realidad. La realidad es que en los servicios sanitarios se constata un aumento de crisis asmáticas en niños y adolescentes, a partir de los meses de septiembre y octubre y esto tiene un por qué, mejor dicho. muchas causas que ahora abordaremos:
En verano, con el buen tiempo, los síntomas del asma disminuyen, y en consecuencia se baja la guardia y hay una cierta tendencia a suprimir el tratamiento de control. Las personas con asma y su familia creen que cuando han cedido los síntomas, el asma ya está curado o bien no necesita la medicación que debe tomar a diario y se producen muchos abandonos. Este abandono de la medicación de control puede favorecer las recaidas.
La incidencia de infecciones respiratorias que ha disminuido hasta casi desaparecer durante el verano, vuelve a aumentar cuando los centros de esneñanza se llenan de estudiantes y es más fácil la transmisión de los catarros virales al estar aglomerados dentro de las clases.
Los virus respiratorios, como los rinovirus o virus de resfriado común, están presentes en las mucosidades de los estudiantes y estos virus son responsables de la reactivación de los síntomas de asma, ya que son desencadenantes directos. Se estima que el 80 por ciento de las reagudizaciones asmáticas en la infancia y adolescencia se puede asociar a una infección previa por los virus respiratorios.
En los meses de verano el colegio ha estado cerrado y existe la posibilidad de que haya más polvo acumulado o bien en su limpieza se han empleado sustancias irritantes para las vías respiratorias, con el consiguiente riesgo de crisis asmática.
En el mes de septiembre comienza a aumentar la humedad ambiental que mejora las condiciones para la proliferación de ácaros (que anidan en el polvo doméstico) y Alternaria (hongo ambiental) y los estudiantes con sensibilización a estos alérgenos sufren la inflamación de sus bronquios.
Cuando se inician las clases, también comienzan las actividades deportivas y de educación física, que en muchos casos han sido interrumpidas por el descanso estival. El ejercicio se convierte en un desencadenante para la crisis de asma, sobre todo cuando la inflamación de los bronquios está presente, debido a los factores enumerados anteriormente.
En resumen este aumento es de causa multifactorial: entran en la estación otoñal con tratamiento de control escaso o ausente, aumentan las infecciones respiratorias y las “alergias” por ácaros y hongos y el control ambiental en el colegio, donde pasan de 5 a 7 horas cada día, suele ser inferior al de sus casas, sumado todo al aumento de actividad física.
¿Qué se puede hacer para disminuir el riesgo de reactivación del asma en la vuelta a clase?
a) Asegurar que se está con la medicación preventiva adecuada.Si la ha tenido suspendida durante el verano, conviene visitar al médico para revisión y valorar la reintroducción del tratamiento preventivo.
b) Hablar con la dirección del colegio o instituto al inicio del curso, informando de la situación de su hijo o hija y la necesidad de cuidar el ambiente escolar. Para ello conviene ponerse en contacto con otros padres o a través de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) y reivindicar unas normas básicas de higiene respiratoria para el centro educativo:
- Prohibir que se fume en todo el colegio,
- Que las aulas se limpien con sustancias no irritantes para las vías respiratorias,
- Que se ventilen las aulas cuando no estén presentes los estudiantes.
- Que se usen tizas que no suelten polvo.
- Que los libros estén cerrados por puertas de cristal en las librerías.
- Que se evite tener moquetas y alfombras que acumulan polv
c) Prevenir el asma inducido por el ejercicio.
- Realizar precalentamiento antes del ejercicio
- Evitar los cambios bruscos de ambiente.
- Inspirar por la nariz y espirar por la boca,mientras se hace ejercicio. Conviene calentar el aire que se respira a través de la respiración nasal.
- No debe olvidar que el tratamiento preventivo diario puede controlar la respuesta al ejercicio de la mayoría de los asmáticos.Aunque en principio puede y debe practicar el que más le guste, seleccionar el deporte que menos síntomas origine.
- Evitar hacer ejercicio durante una crisis de asma activa
- Permitir al alumnado cambiarse de ropa tras el deporte o la actividades físicas intensas.
- Medicación antes del ejercicio. Si se presentan síntomas con el ejercicio otra medida eficaz puede ser administrar un medicamento previo al ejercicio y el más efectivo para ello es la terbutalina o el salbutamol inhalado, aunque existen otros que puede indicar el médico.
Esperamos que todos estos consejos sean de utilidad para la comunidad educativa y sirva para animar a "ponerse las pilas" en el control del asma, en asociación con sus pediatras, médicos de familia y enfermeras educadoras de asma.
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