Lo más importante
En el hogar, ventilar los ambientes durante todo el año es fundamental para evitar que se produzcan las crisis.
Algunas actividades laborales están más asociadas con la presentación de los síntomas.
El humo del cigarrillo, habitaciones mal ventiladas, ácaros y algunos productos químicos encabezan la lista de elementos irritantes que pueden desencadenar crisis de asma. Con simples medidas de cuidado e higiene es posible prevenirlas.
Los especialistas sostienen que una persona con asma puede llevar una vida normal, sin privarse de actividad alguna, pero con la precaución de evitar, en la medida de lo posible, factores ambientales que puedan jugarle una mala pasada.
El control ambiental es fundamental para la prevención en tres niveles: primario; esto es, evitar que el paciente predispuesto genéticamente se haga alérgico a distintas sustancias; secundario, para evitar que quien padece alguna enfermedad alérgica, como rinitis alérgica o alergias de piel, comience a tener asma, y terciario para evitar las complicaciones a las que puede llevar un tratamiento inadecuado del asma.
El asma es una enfermedad respiratoria crónica de la vía aérea que se caracteriza por la inflamación y obstrucción bronquial. “En el mundo hay alrededor de 300 millones de personas afectadas. Se caracteriza por la presencia de síntomas como los silbidos en el pecho, falta de aire, opresión torácica y tos. La variabilidad en la obstrucción de la vía aérea puede llevar a estados de estabilidad y exacerbaciones que varían en intensidad y frecuencia en relación al estado previo. Estas fluctuaciones pueden ser desencadenadas por diferentes factores, como el ejercicio, infecciones respiratorias, clima, exposición a alergénicos y contaminantes ambientales”, explica Viviana Moyano, presidenta de la Sociedad de Neumonología de Córdoba (Soneco).
El humo del tabaco se destaca como uno de los principales irritantes de la vía aérea. El tabaquismo es considerado por la OMS como una enfermedad en sí misma y es causa de otras múltiples enfermedades, entre ellas, el asma. Betiana Pereyra, también miembro de (Soneco), recalca que el consumo de tabaco conlleva la profundización de los síntomas del paciente asmático, lo limita desde el punto de vista funcional, disminuye su respuesta al tratamiento y empeora su calidad de vida.
“El tabaquismo materno –agrega– provoca un 20 por ciento de riesgo de asma en los niños. El humo del tabaco ajeno se asocia a asma y sibilancias para fumadores pasivos. Y quienes están expuestos involuntariamente al humo del tabaco y son, a la vez, la población más vulnerable, son los infantes”.
Los polvos ambientales y hongos en paredes aumentan el riesgo de desencadenar asma. Los ácaros han sido siempre mencionados como enemigos para las alergias y afecciones respiratorias, el asma entre ellas. Viven y se reproducen, sobre todo, en las alfombras y sus escondites suelen ser los empapelados y las pinturas rugosas.
“Se recomienda evitar acolchados y almohadas de plumas y lana. Deben ser lavadas una vez al mes para reducir los riesgos. También es conveniente evitar bibliotecas y computadoras en los cuartos de dormir, por el acumulo de polvo. Los peluches, en tanto, se deben congelar 30 minutos una vez por mes junto con el lavado de juguetes”, subraya la neumonóloga Raquel Pendito, quien afirma que, con esas precauciones, se reduce la cantidad de bacterias y de ácaros.
Pendito considera que todos estos factores pueden ser controlados y mejorados, y eso permitiría disminuir el uso de medicación para las crisis que se desatan.
Es preciso tener en cuenta que algunos aparatos, como los equipos de aire acondicionado, son reservorios de hongos, por lo que es recomendable la limpieza de los filtros un mínimo de una vez por año. En tanto, los especialistas advierten que la exposición prolongada al humo de la calefacción a leña, carbón o kerosene puede ocasionar complicaciones respiratorias crónicas.
Pendito también recomienda extremar cuidados ante los cambios en las condiciones atmosféricas, ya que el clima frío y seco predispone a broncoespasmo y a tos.
La ventilación es clave, ya que los propios elementos de limpieza, como desodorantes, insecticidas y aromatizantes, tienen químicos que pueden ser perjudiciales y pueden causar crisis severas.
“La exposición a diversas sustancias químicas, vapores y polvos, así como la exposición al frío y a humos de metales pueden gatillar inflamación de la vía aérea y generar el debut del asma en la adultez o empeorarla en los personas que la padecían previamente”, dice Pendito.
Entre las tareas que aumentan el riesgo de tener crisis de asma, se pueden mencionar la fundición, la limpieza, la peluquería, la soldadura y el almacenamiento y procesado de granos. En la industria, los rubros de alimentación, cerveceras, panificadoras y procesadoras de especias, textil y química también representan entornos de riesgo. En comercio y servicios, las condiciones más difíciles para los asmáticos están en veterinarias, viveros, aserraderos, carpinterías y fábricas de muebles.
Fuente:
http://www.lavoz.com.ar/salud/asma-acondicionar-el-entorno-mejora-la-calidad-de-vida
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