Lunes 05 de enero de 2015 | Publicado en edición impresa
Mejorar la calidad de vida de las personas alérgicas
En Fundaler, un cuerpo voluntario de profesionales trabaja para detectar, educar y asistir a los pacientes con asma y otras alergias
Por María Ayuso | Para LA NACION
Mejorar la calidad de vida de las personas alérgicas. Foto: LA NACION / Marcelo Gómez
Sebastián Centurión no había cumplido los 11 años cuando comenzó a despertarse de noche: sentía que se quedaba sin aire. Silvia, su mamá, salía corriendo desesperada de su casa en Villa Esperanza, Lanús, con él a cuestas, al hospital más cercano. "Le hacían nebulizaciones o le daban corticoides, pero ningún médico me decía bien qué era lo que tenía", recuerda la mujer.
Esa pesadilla comenzó a sucederse con frecuencia y cuando los Centurión escucharon hablar de asma por primera vez, sintieron más temor. A Silvia le recomendaron consultar en la Fundación para el Estudio del Asma y otras Enfermedades Alérgicas (Fundaler). Fue en la casona de Constitución, donde funciona, el lugar en que Sebastián y su familia, que no poseen cobertura, hallaron lo que precisaban.
"Toda la vida jugué a la pelota. Pero el asma me lo prohibía cada vez más", cuenta Sebastián, que ya tiene 19 años y es futbolero hasta la médula. "Si hacía mucho frío o había humedad, corría menos, me agitaba y no disfrutaba. Ya me había cansado de los médicos y los hospitales, hasta que con mi mamá vinimos a la fundación -dice en la sede-. Hoy, gracias al tratamiento, ya no me despierto de noche. Puedo hacer una vida normal, jugar al fútbol e ir a la cancha sin miedo."
Uno de cada cinco argentinos padece algún tipo de alergia (la principal es el asma). En 1982, la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología impulsó la creación de Fundaler para asistir gratuitamente a la comunidad. Investiga, educa, previene, contiene, diagnostica y trata para mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias.
"Abarcamos todas las alergias. Entre las más frecuentes están el asma, la urticaria, la dermatitis atópica y de contacto, el angioedema y la rinitis -explica el alergólogo Wenceslao Sánchez de la Vega, vicepresidente primero de Fundaler-. Hay un desconocimiento bastante generalizado sobre el asma. Está considerada una mala palabra, una enfermedad que genera, sobre todo, una disminución de la actividad física y eso es lo que tratamos de desmitificar. No es cierto que el paciente asmático no pueda hacer deportes o ejercicios."
Por esto, se hacen jornadas para pacientes y familiares, docentes y profesionales afines a la medicina. Además, por un convenio con la Secretaría de Deportes de la Nación se creó un programa de actividades físicas gratuitas para asmáticos, todos los sábados, en el Cenard.
"El asma es una enfermedad crónica muy extendida, sobre todo en la infancia, y que puede influir en el rendimiento escolar si no es tratada como corresponde", explica Sánchez de la Vega. Fundaler también elaboró una guía para docentes.
"Contamos con un cuerpo voluntario de médicos alergólogos y un gabinete de asistencia psicológica", dice Sánchez de la Vega. "Atendemos por año entre 1500 y 2000 personas con distintas alergias. Muchas llegan sin diagnóstico y, en general, no tienen cobertura. También recibimos a quienes sí la tienen." A todos se les pide que, si pueden, colaboren con un bono contribución.
Desde hace dos años, Sebastián realiza un tratamiento que combina vacunas y fármacos, bajo el control periódico de Pablo Moreno, uno de los médicos de Fundaler. "Buscamos el control total del asma para que el paciente tenga una vida normal", explica Moreno.
La industria farmacéutica colabora con el Banco de Medicamentos de la entidad, que tres veces por semana entrega de forma gratuita los medicamentos a pacientes de hospitales públicos. Pero los insumos son insuficientes y siempre se precisan más.Para Sánchez de la Vega, la "prevención y la detección temprana son claves. Hay problemas alérgicos que, de no tratarse como corresponde, se pueden agravar con la edad".
Sebastián y su mamá coinciden en que la atención de Fundaler fue un cambio total en el día a día. "Hoy, Sebastián hace una vida normal, y perdimos los miedos", dice Silvia.
Para colaborar con Fundaler o conocer más sobre su tarea, llamar al (011) 4307-4050 o visitar el sitio online www.fundaler.org.ar..
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